Las termitas subterráneas en los cascos urbanos de España

termita soldado de Reticulitermes sp.

«El control de termitas mediante cebos esta aumentando su presencia en el mercado español. El sistema esta basado en la monitorización de los termiteros, lo cual permite tanto obtener información sobre los limites, la extension y población de las colonias de termitas subterráneas, como efectuar los tratamientos para su erradicación. Se expondrán las experiencias efectuadas en algunos municipios de Andalucía  tratando aspectos como las estaciones de control, el marcaje y seguimiento de las termitas, la estimación del tamaño de termitero y el calculo del termitero de termitas que contiene».

  • D. Miguel Gaju1, Dna. Eugenia Alcaide1,2, Dña. Teresa Moreno1.2, D. Rafael Molero1, D. David Mora y Dra. Carmen Bach3.
  1. Dpto. de Zoologia., C-1, Campus de Rabanales. Universidad de Córdoba. España.
  2. Aplytec, Control de Plagas. Poligono Industrial Las Quemadas, parc. 222-E, Cordoba. España.
  3. Dpto. de Biologia Animal, B. Vegetal y Ecologia. Fac. Ciencias. Univ. Autónoma de Barcelona. Bellaterra. España

Introducción

Las termitas (0. lsoptera), constituyen el único orden de Insectos en que todas sus especies tienen un comportamiento social. Los insectos sociales se caracterizan por una relación de tipo altruista entre los diversos componentes de la colonia, con una biología muy especial que permite, a través de una rígida ordenación de sus individuos y de sus funciones, con un complejo sistema de adecuación de todos ellos (castas) a las nece­sidades de la colonia, conseguir, no solo su continuidad sino su expansión y multiplicación lo que, si no los hace indestructibles si los convierte en un enemigo (cuando actúan perniciosamen­te), muy difícil de eliminar.

Las termitas surgen como insectos detritívoros, cuya función es la de colaborar, de forma muy importante, en la descomposición de la madera muerta y de los productos celulósicos en los bosques o zonas con gran vegetación, incorporando al suelo gran cantidad de materia orgánica, compensando sobradamen­te los danos puntuales que ocasionan los termes que atacan arboles vivos. No obstante, la aproximación constante del hábitat humano a las zonas arbóreas, la utilización de la madera para la construcción de viviendas u otros instalaciones, y la existencia en este nuevo hábitat de útiles y productos de celu­losa (muebles, cuadros, libros, etc.), susceptibles todos ellos de servir de alimento a los termes, ha hecho que estos, cuando se encuentran en estas zonas, pasen de ser insectos beneficiosos a insectos perjudiciales, capaces de producir grandes danos al hábitat humano, en el cual se van introduciendo paulatina­mente.

Por todo ello se puede afirmar que los termes son, sin duda, los insectos xilófagos que mayores danos ocasionan al hombre, no solo de forma directa atacando y destruyendo el patrimonio inmobiliario actual e histórico (especialmente los edificios en los que se ha empleado la madera como elemento de construcción o en cuyo interior existen derivados de la misma o pro­ductos celulósicos), sino también de forma indirecta, al destruir, en su busca de alimento, infraestructuras tales como cableados, tuberías, plásticos, etc. Por eso en los núcleos urbanos, si no se toman medidas desde el mismo momento en que se detecta la plaga, es muy difícil conseguir su total erradicación, no solo por la extraordinaria actividad de la colonia inicial que se expande en búsqueda de comida, sino por su multiplicación a través de enjambrazones.

Durante muchos anos los métodos de control de termitas han consistido primero en el tratamiento de la madera con sustan­cias protectoras y después en la construcción de barreras químicas que protejan las edificaciones o sirvan de cebo para las termitas. Sin embargo, el abuso en la aplicación de estas sus­tancias, en muchos casos muy toxicas para el hombre y su entorno, con un manejo sumamente difícil y peligroso para evi­tar contaminaciones a personas, animales, acuíferos etc., ha hecho que recientemente (fundamentalmente en los últimos 15 años), se haya iniciado otra forma de control basado en la monitorización de los termiteros y su tratamiento con sustan­cias especiales suministradas en forma de cebos. Este procedi­miento es compatible con un posterior tratamiento de las termitas con los medios habituales. En todo caso lo que consigue es efectuar un seguimiento de los termiteros para establecer su extensión y estimar su población. Todo ello pone de manifiesto que además de las barrera químicas pueden existir otros medios que ayuden al control de las plagas de termitas.

En la presente exposición presentamos nuestra experiencia en la monitorización de termiteros en zonas urbanos.

Material y Métodos para los estudios de termitas

Los estudios que se detallan seguidamente corresponden por una parte, a proyectos y contratos de Investigación obtenidos por el Departamento de Zoología de la Universidad de Córdoba y por otra parte, a contratos para control de plagas de termitas de la empresa Aplytec.

Se facilitaran datos sobre la amplitud de zonas afectadas por termitas en varios municipios de la provincia de Córdoba y en uno de Granada. En ambos casos, las inspecciones se hicieron de modo visual, buscando danos provocados por las termitas o signos de su presencia (enjambrazones, tubos de barro, etc.). Cuando fue necesario se emplearon medios especiales para determinar la presencia de termitas (detectores acústicos o de ondas electromagnéticas).

Para la monitorización de los termiteros, se utilizaron: portace­bos de Dow AgroSciences lberica S.A. (SentriBox y SentriSol), cajas de registro eléctrico modificadas o simplemente cartón corrugado puesto en el suelo.

El marcaje de las termitas, para la monitorización de los termi­teros, se hizo con Rojo Neutro y Azul Nilo (ATKINSON, 2000). En ambos casos la tiñes dura al menos 6 meses.

El seguimiento de las termitas se efectuó con la metodología de Captura-Marcaje-Recaptura descrita por GRACE, 1990 o FORSCHLER y TOWNSEND, 1996.

El calculo de la población de termitas se ha estimado mediante el índice de Lincoln: WILLIAMS, 1991. En algunos trabajos se analiza la disparidad de resultados obtenidos (FORSCHLER Et TOWNSEND, 1996; y THORNE et al., 1996) dudando de la vali­dez dc los mismos y sugiriendo mejorar las técnicas y test de análisis estadísticos.

Las termitas estudiadas han silo identificadas como Reticulitermes cf. lucifugus (Rossi, 1792), dado que CLEMENT et al., 2001, sugieren que en el sur de España cohabitan dos espe­cies del «grupo lucifugus»: R. grassei Clement, 1978 y R. banyu­lensis Clement, 1978. La identificación morfológica de as mis­mas es muy sutil, con características poco claras, siendo nece­sario para una correcta identificación una metodología distin­ta como por ejemplo, reconocimiento de las proteínas cuticula­res o del ADN mitocondrial.

Resultados y discusión

Vamos a ejemplificar el estudio de termiteros que afectan a zonas relativamente amplias del casco urbano de pueblos y ciu­dades de las provincias de Córdoba y Granada.

Citaremos los estudios realizados para determinar la extensión de las zonas afectadas por termitas en varios pueblos de las citadas provincias:

Superficie del
casco urbano
(m2)

Superficie
afectada
(m2)

N… de focos

Focos
secundarios

N… casas afectadas
Benamej (Co)581.373

42.000

1

2 casas

110

Carcabuey (Co)264.000

70.000

3

84

CEllora (Gr)718.000

80.000?

3+

2 0 +casas

103+

Montalb n (Co)507.251

3.500

1

14

Palenciana (Co)195.013

60.000

1

274

Tabla 1.- Zonas afectadas por termitas en cuatro municipios de Córdoba y uno de Granada.

En casi todos los pueblos estudiados, tanto la superficie como el numero de casas afectadas fueron elevados, lo que da idea de la magnitud de los danos que pueden causar las termitas. Opinamos que, para su erradicación, un tratamiento individual, casa a casa, resultaría ineficaz, siendo aconsejable un trata­miento global y, para ello, se necesita demarcar la zona de actuación de as mismas.

Monitorización de termiteros en Palenciana e Íllora

A.- Estudio en Palenciana (Córdoba):

Demarcación de la zona afectada e instalación de estacio­nes de control

Para determinar la zona afectada por termitas, se hicieron inspecciones visuales en todas las casas del pueblo, buscando signos de danos causados por las mismas. Una vez precisada la zona, se inici6 la instalación de las estaciones de control.

Dado que el proyecto de estudio se hizo en colaboración con Dow AgroSciences lberica S.A., se utilizaron los portacebos de dicha empresa, que posteriormente sirvieron para el trata­miento de control contra las termitas.

En el interior de las viviendas se instalaron estaciones del tipo SentriBox (SB) y SemiSentriBox (SSB) (un SB dividido por la mitad). En los patios de las casas y en las calles se pusieron SentriSol normales (SS) y dos modelos de SentriSol de mayor capacidad (SSL-6 y SSL-T).

Las estaciones del interior de las casas se ubicaron en los lugares donde se detectaron danos y actividad termitica, mientras que en patios y calles las estaciones se distribuyeron de un modo más o menos equidistante (separación de 5-10 m entre estaciones). Siempre que fue posible, se instalaron en zonas próximas a focos activos de termitas.

Distribución de las termitas por el casco urbano
Para conocer como se distribuyen las termitas por el casco urbano, nos basamos inicialmente en los datos obtenidos por su presencia en las estaciones de control.

Un primer aspecto a valorar fue el éxito en la instalación de dichas estaciones, que como se muestra en la tabla 2, más del 72/0 de as mismas fueron ocupadas por as termitas. Es de destacar, que las situadas en el exterior (en suelo), instaladas sin tener constancia de la presencia de termitas, fueron ocu­padas en más del 65/0, destacando las SSL-6 que lo fueron en un 93

Interiores

Exteriores

TOTAL
Tipo de estaciónSB

SSB

SS

SSL-6

SSL-T

Nº Instaladas Nº con actividad728592664688858410598

438

295

22251615
Porcentaje de81,3

169,69

65,7693,30

67,35

72,58
Tabla 2.- Éxito en la localización de las estaciones de control por las termitas.Otro parámetro que se pudo delimitar, a través de la presen­cia de termitas en las estaciones de control, fue su distribución en el interior de las casas. Así se establecieron 4 posibles niveles de ocupación: desde el suelo (Nivel-1) hasta la 3a planta (Nivel 4).Los resultados obtenidos concuerdan con la biología de as termitas: Son mucho más activas a nivel del suelo que en los superiores. Dichos datos están recogidos en la figura 2.
 
Fig. 2.- Nivel (altura) alcanzado por las termitas en 274 viviendas de Palenciana. Las casas con fondo de color blanco, en la zona afectada, no han mostrado signos de actividad de termitas.
Fig. 2.- Nivel (altura) alcanzado por las termitas en 274 viviendas de Palenciana. Las casas con fondo de color blanco, en la zona afectada, no han mostrado signos de actividad de termitas.

Localización y monitorización de termiteros

Los termiteros se monitorizaron para obtener una serie de informaciones, siendo las más destacables las que nos pro­porcionan datos sobre la extensión de los mismos y las que nos permiten hacer una estimación sobre la población de termitas que integra cada termitero.

Para ello es importante disponer de varios puntos de control en los que las termitas puedan ser capturadas en gran núme­ro. Las estaciones de control instaladas sirvieron para este fin. Como cebo se empleó cartón corrugado puesto en el interior de los portacebos o directamente en el suelo.

Las termitas capturadas fueron «saneadas», eliminando todos los restos de tierra y cartón. A continuación se les proporcionó como alimento papel de filtro impregnado con uno de los dos colorantes que se fijan al cuerpo graso de Reticulitermes (Rojo Neutro o Azul Nilo).

Siguiendo el protocolo de la técnica de Captura – Marcaje – Recaptura, fueron devueltas al mismo lugar de captura, para así poder seguir su itinerario cuando aparecían en otras esta­ciones de control.

Determinación de la extensión de los termiteros -colonias de termitas-

Tras la suelta de las termitas tenidas de rojo o azul, todas las estaciones de control fueron revisadas, al menos una vez al mes, anotándose la presencia o no de termitas marcadas. De esta manera se fueron perfilando los límites de los distintos termiteros estudiados.

Se monitorizaron 6 termiteros identificados con los números 1, 2, 3, 4, 7 y 8.

Nos vamos a centrar con el termitero 8 a modo de ejemplo. En la figura 3, se ha representado la evolución del proceso de monitorización, desde la suelta inicial de ejemplares tenidos en diciembre de 2000 (color más oscuro) hasta el mes de junio de 2001. Tras cada inspección aparecían nuevos puntos con termitas tenidas (rojas), que ponían de manifiesto los límites del termitero.

Fig. 3.- Determinación del territorio del termitero 8. La recapture men­sual de termitas permitió localizar paulatinamente la superficie ocupa­da por el termitero.

La superficie obtenida para el termitero 8 fue de 2.500 m2, lo que representó un valor intermedio entre todos los termite­ros estudiados, que oscilaron entre 1.000 y 6.000 m2. La máxima distancia entre dos puntos del termitero fue de 75 m.

Una vez determinada la máxima extensión «identificada» de todos los termiteros monitorizados, resultó que los termiteros 4 y 7 quedaron completamente aislados; sin embargo, el ter­mitero 1 compartía límites con los otros 3 termiteros estu­diados (2, 3 y 8).

Aunque no fue frecuente, en algunas estaciones de control en la zona limítrofe entre los termiteros 1 y 3 se hallaron termi­tas de ambos termiteros; además, algunas termitas azules (termitero 1) aparecieron en estaciones que inicialmente se podrían asignar al termitero 3. Algo similar sucedió entre los termiteros 1 y 8.

La situación del termitero 1 respecto del termitero 2 fue más confusa ya que ambos compartían una zona muy amplia, por lo que podría considerarse un único termitero. Sin embargo, se ha de tener presente que los limites reales entre dos ter­miteros contiguos no deben ser precisamente líneas rectas, sino que pueden ser muy irregulares y sus caminos (de pocos milímetros de grosor) cruzarse por distintos niveles.

No se efectuaron pruebas para comprobar si los termiteros estaban en fase abierta o cerrada, como describió CLEMENT (1986) y recientemente han analizado MATSUURA y NISHIDA (2001), pero, si los termiteros 1 y 2 se hallaban en fase abier­ta. Porque no sucedió lo mismo con el 1 y el 3 y el 1 y el 8?.

Parece evidente que muchos detalles sobre la biología y ecología de las termitas, requieren de estudios más profundos.

Población estimada de los termiteros – colonias de termitas-  estudiados

La población de termitas que puede contener un termitero es un valor estimado, ya que su cálculo esta sujeto a unas varia­bles que son difícilmente controlables. Además, su vida crip­tica y la incapacidad de poder hacer un seguimiento eficien­te de las termitas marcadas y soltadas en los respectivos termiteros, dificulta la interpretación de los resultados. Sin embargo, los valores que se obtienen proporcionan una información aproximada de la importancia de cada termitero.

El resultado que obtuvimos para el termitero 8 fue de 792.336 ± 48.552 individuos, siendo el valor numérico mas bajo de todos los termiteros monitorizados. La máxima población estimada osciló entre 42 y 53 millones de termitas (termitero 3); un valor que supera claramente las referencias bibliográficas consultadas, pero que es congruente con una mayor extensión del termitero objeto de estudio.

En Palenciana, una vez finalizado el trabajo que acabamos de exponer, se inicio el proceso de control, y podemos manifes­tar que desde finales del ano 2001, no han vuelto a aparecer termitas en las estaciones de monitoreo, ni tampoco se han observado enjambrazones, por lo que se puede concluir que todas las termitas de la zona estudiada han sido eliminadas.

B.- Estudio en Illora (Granada):

Este estudio esta en fase de realizacien, pero de el ya se han obtenido algunos resultados, que son los que vamos a expo­ner a continuación.

Demarcación de la zona afectada e instalación de estacio­nes de control.

El casco urbano de Illora tiene una extensión aproximada de 718.000 m2 y, aunque no se ha hecho una revisión comple­ta de todos las viviendas, se tiene constancia de la existencia de, al menos, 3 focos de termitas (ver Tabla 1).

El estudio se inici6 en la zona representada en la figura 4. La superficie monitorizada abarca unos 25.000 m2 y en ella se han instalado más de 550 estaciones de control.

Localización y monitorización de termiteros

La metodología utilizada ha sido similar a la de Palenciana: en el interior de la viviendas se han instalado SB en los lugares donde se detectaron danos de termitas; mientras que en los exteriores se ha hecho, por una parte, una barrera perimetral en las calles con estaciones de suelo (SS) equidistantes y, por otra parte, en los patios de casas y en jardines públicos, se han instalado SSL. Ocasionalmente se han utilizado como estacio­nes de control casas de registro eléctrico modificadas. El cebo atrayente ha sido cartón corrugado y as ternitas han sido marcadas con Rojo Neutro o Azul Nilo.

Los resultados obtenidos del proceso de monitorización indi­can que el termitero identificado hasta el momento en la zona (colonia a) ocupa una superficie de 1.300 m2, con una distancia máxima entre dos puntos del termitero de 65 m. Para esta colonia se ha calculado una población aproximada entre 1.300.000 y 1.400.000 termitas.

En Illora se esta iniciando actualmente la fase de tratamien­to. Puesto que seguimos la misma metodología que en Palenciana (tal y como hemos indicado anteriormente), es de esperar que obtengamos resultados similares.

Podemos afirmar que, aunque apenas existen estudios sobre la ecología de las especies europeas del genero Reticulitermes, si que se conocen datos comparables a nues­tros resultados. Dichos datos proceden de estudios efectua­dos can especies de Reticulitermes americanas (R. flavipes Kollar, R. hesperus Banks y R. virginicus Kolbe), ver GRACE, 1990; SU, 1994 o FORSCHLER y TOWNSEND, 1996, entre otros. Para estas especies, tanto los valores de población como de superficie del termitero son menores que los que nosotros hemos obtenido, pero si calculamos la densidad de termitas (nqm2) vemos que nuestros datos encajan perfec­tamente con los publicados.

El proceso de monitorización descrito, ha permitido ver como se distribuyen las termitas por las casas de los pueblos y ciu­dades, como se puede precisar cual es el territorio de un ter­mitero y también conocer cuantas termitas viven aproxima­damente en las colonias estudiadas.

Los dos casos que hemos expuesto, nos proporcionan datos que pueden ser de utilidad para afrontar los tratamientos para el control de las plagas de termitas urbanas, tanto si los tratamientos se efectúan con cebos como con barreras químicas, ya que permiten determinar con bastante precisión los límites del termitero y, por tanto, las zonas a tratar. A medida que la biología de las termitas en España se conozca con más profundidad, se podrá predecir tanto el tiempo aproximado que se necesita para eliminar la plaga, como el consumo mínimo de cebo para conseguirlo.

AGRADECIMIENTOS

Queremos agradecer la colaboración prestada tanto por los Ayuntamientos de Palenciana e Illora, como a todos los vecinos de dichos Municipios, que han sufrido durante muchos anos los problemas causados por las termitas y las molestias que su con­trol conlleva.

También nuestro más sincero agradecimiento a Dow AgroSciences lberica S.A. por su soporte y asesoramiento técnico.

BIBLIOGRAFÍA

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  • Williams G; 1991. Techniques and Fieldwork in Ecology. Collins Educational Ed.

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